La verdadera
verdad. Habla callado.
No hay verdad absoluta. La única verdad es la
realidad: Aristófanes (popularizado por
Perón). La triada de Platón donde la belleza, el bien y la verdad van juntos.
La mentira es tan vieja usual y efímera como el poder
político. El énfasis del discurso político poco tiene que ver con la realidad,
el político para hacerse oír utiliza siempre las palabras que el pueblo quiere
escuchar. De mentiras triviales o fundamentales están hechos los políticos.
Cuando la información no coincide con los hechos, a la larga puede
desestabilizar un pueblo.
La verdad, es cuestión de conceptos. Cada uno tiene su
propia verdad. La tuya, la mía, y la verdad en si. Un problema de sojuzgamiento
personal. “Una vieja ilusión de dictaminar con libertad:” Nietzsche.
Ante la verdad
descarnada que muchas veces hiere, el uso de la mentira piadosa se impone,
porque para vivir en paz la parte
emocional también cuenta. La gente de mente más abierta ve el mundo actual bajo
otro prisma. Las mejores mentiras son las pequeñas verdades (mentiras
parciales, con sabor a verdad).
El monopolio de la comunicación lo tienen los
políticos y periodistas. La riqueza de información de un país y su difusión si
es ética y real es una orientación
estimulante. Pero desgraciadamente cuando el auge testimonial llega a los
medios sale reestructurado, alterado, claroscuro. Tal y como es la vida humana
que habitamos.
Buenos y endemoniados espíritus guían nuestra vida
externa, la falta de libertad de expresión y los impulsos reprimidos alteran
nuestra ser interno ocasionando agresividad y violencia
Los detritos son toxinas que por algún lado se han de
eliminar.
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