martes, 15 de mayo de 2018

La canalización de los sueños

Una parte considerable de nuestra vida transcurre en el sueño
El periodo eterno de sueño y vigilia. Descanso y reparación, imprescindibles ante un nuevo y saludable despertar a la vida.
La excitación de la corteza cerebral no cesa nunca, ni siquiera en el sueño. Mientras hay vida la corriente anímica transita continuamente.
Según Freud, aunque no contemos con la capacidad de recordar, siempre soñamos. El estado Rem, se produce varias veces durante el sueño, por ser vegetativo difícilmente lo retenemos al despertar, sin embargo se lo considera como el total descanso reparador. Las otras dos etapas son recordables porque no alcanzan a aislarnos totalmente del medio.
Los sueños de alguna manera se conectan con la realidad aunque estén equidistantes  del espacio o lugar físico en que vivimos. Es común que nuestro material onírico reciba la transmisión de sucesos y preocupaciones acumuladas durante el día convertido en pesadillas. Habría que preguntar a Freud qué pasa con los sueños repetitivos -yo siempre sueño con casas de adobe y caminos con salidas y entradas dificultosas-. En el estado de sueño lúcido guardamos cierta conciencia de que lo que nos está pasando, en ese momento es sólo un sueño y no una realidad cotidiana. Cuando los sueños se repiten como persecución eterna,  según se cuenta, pueden pertenecer a un pasado remoto ocurrido en otras vidas. Las culturas de China e India, utilizaban los sueños como fuentes importantes de información y guía futura.
El sonambulismo y otras patologías del sueño imperfecto, asociado a algún conflicto mental que altera el descanso nocturno, como el que se produce en el habla o lloro que después del suceso se borran. La visión de colores  tiene como funcionamiento la reposición de energías. Un metabolismo deficiente no controlado puede provocar sonambulismo o alucinaciones recurrentes.
La materia está hecha de los sueños, dice Hawking

No hay comentarios.:

Publicar un comentario