Aspectos
biológicos y culturales
Yo no
soy semióloga genética, bióloga, ni científica. En el reparto de destinos y en
la peor edad me tocó vivir una guerra. Así que solamente soy una sobreviviente
y ávida lectora desde que tuve uso de razón, hasta la edad que por fortuna me
toca vivir, que no es poca. Pero si me preguntan qué nos diferencia a hombres y
mujeres aparte de lo hormonal (la maternidad indudablemente afecta a la mujer
para realizar el crecimiento profesional), creo que es el procesamiento emocional.
La
mujer por regla común decide emocionalmente, y la razón después se acopla.
Sufrimos una herencia de conducta ancestral a través de millones de años de
machismo.
Aparte
de las diferencias biológicas cerebrales como las amígdalas que están en ambos
lados temporales (detrás de las orejas, y manejan el miedo (como respuesta de
auto protección) y la capacidad de agresión (más desarrolladas en el hombre).
Hay otras áreas cerebrales que difieren.
Las
neuronas cerebrales femeninas se encuentran más conectadas entre si lo que da
origen a que el cerebro sea más pequeño.
Casi
todos sabemos que el cerebro se divide en dos hemisferios, el derecho y el
izquierdo. Y en cada uno predominan diferentes funciones: En el izquierdo la parte racional (el lenguaje, la escritura
etc.). El lado derecho, la emocional
(la creatividad artística y sentimental). Ambos trabajan en conjunto. Pero la
mujer tiene más cables de conexión en el cuerpo calloso que la habilita a
realizar varias tareas al mismo tiempo. El hombre, el que a veces “nada hace
porque no tiene tiempo”, tiene una clasificación, se llama “Procrastinación”.
La irrefrenable necesidad de dejar todo para más tarde.
La
mujer es “múltiple” multifuncional,
mientras el hombre es “focalizado”.
La
inteligencia no cuenta, más bien se asocia a la razón, la lógica y el
pensamiento de análisis. Indistintamente, todos llevamos nuestra carga
genética. Todos somos distintos. Nuestro cráneo es único e irrepetible
Anatómicamente, psicológicamente y emocionalmente. Así están hechos los
destinos.
Pese
a todos los obstáculos de la época, Marie Curíe se destacó entre los
hombres como científica. En la época
contemporánea hay infinidad de mujeres que olvidaron la diferencia de género y
ocupan cargos destacados, no solamente en el estudio de la ciencia, también
en lo político.
Cada
persona posee un desarrollo particular donde los medios y el ambiente pueden
influir y el género no cuenta.
El
cerebro tiene capacidad lingüística de comunicación, comprensión y envío de
mensajes, pero hay un mensaje no hablado que tal vez dure escasos segundos
llamado “sexto sentido”, que la mujer
más atenta a su sensibilidad percibe y el hombre no.
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