jueves, 24 de mayo de 2018

Dios, Ciencia Teología y dimensiones extrañas del Universo


Con paciencia de alfarero he leído varios capítulos de ciencia teológica que ayuden a desasnar mi reducido cerebro hasta llegar a la conclusión más absoluta de que la creencia es imposible de confirmar con la razón. La creencia no se aprende porque no es materia.
Los humanos estamos constituidos por las mismas frecuencias electromagnéticas, conjuntos de elementos y partículas que el universo.
Cuando aprendamos a descubrir cómo se origina la milimétrica perfección del universo, se abrirán las puertas de los sucesos inaccesibles.

Tomás el incrédulo: (el Misterio Pascual)
“¿Tomás, me buscabas? Mete tu dedo en las llagas de los clavos y no serás incrédulo.
Si no lo hubieras visto, no habrías creído.  Bienaventurados los que creen sin ver,”

“Eso me hace acordar el cuento de don Ramón:

“Que bárbaro, cómo murió el pobre.
Si, estábamos jugando con un mazo de cartas y en mitad del juego empezó a decir: Ay, me cagüendiós qué mal me siento! ¡Ay, me cagüendiós! ¡Me cagüendiós! Y con la venia del señor, murió como un angelito”.
“Quién iba a pensar que sufría un mal coronario, si ayer estaba de puro palique, labrando bajo del sol”.
La única que comentó que no andaba viéndolo muy bien fue Simona, su mujer. Simona contaba que para ella, esos suspiros profundos cuando se apareaba, no eran de temperamento, eran de asma.”

Pensándolo bien, terriblemente trágicos son nuestros crucifijos y nuestros cristos agonizantes. El catolicismo es una doctrina tristísima, su base es el dolor y los castigos infernales para conseguir un hipotético futuro mejor. Del dolor de la agonía está hecho el cristianismo.

En cuanto a crédulos: la fe vive de la duda.
Está el practicante, el que por temor y efecto del acostumbramiento sin saberlo cree. El rutinario y abúlico, que por conformismo es católico usual.
El que por mucha ciencia ha dejado de creer.
El converso. Y el que niega su existencia. El que no le atribuye importancia alguna al problema teológico, que son los más.

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