jueves, 24 de mayo de 2018

Formas que usan los españoles para entenderse


En la España de Miguel Primo de Rivera, tal fue su dictadura, que se daba por asentado que el que abría la boca para expresar su descontento era severamente castigado.
Así ocurrió con Don Rodrigo Soriano diputado de la República y su amigo Miguel de Unamuno. Desterrados a la isla Canaria de Fuerteventura, lugar que por aquel entonces solamente las cabras subsistían.
Después de unas semanas de aquel encierro, con gran riesgo se organizó la fuga que consistía en saltar por un ventanuco y bajar por una escalera albañil. Ante el hecho, Unamuno se negó rotundamente a andar agazapado como gato de azotea, y ante la negativa Rodrigo amenazó con romperle la cabeza con su nudoso bastón si procedía con su académico orgullo, temeroso de que se rompiera el bastón y no su cabeza. Porque así como era de inteligente y sabihondo cuando se trataba de su amor propio reaccionaba con la terquedad y tozudez de dos mulas viejas.
El pobre Unamuno, cansado y exilado nunca volvió de Francia, Allí escribió su desgarrada despedida de España “La tiranía militarista me obliga a estar fuera de mi hogar, mi familia, y mis ocho hijos. Siento en mí la agonía de mi patria, que está feneciendo de a pedazos”. Poco tiempo después murió agobiado “del mal de España”.

(Emocionadas palabras pronunciadas por Ortega y Gasset, desde Salamanca, poco después de la guerra de Franco). 


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