miércoles, 9 de mayo de 2018

Adultos Mayores

Los eternos olvidados 

“La vejez es el único medio que se conoce para vivir muchos años”.
Saint Beuve



Nadie es demasiado joven para no morir mañana,
Ni demasiado viejo para vivir un día más.
La senectud no es juntar años y confinarse. El maestro de la edad es el tiempo. Seguir creciendo es la consigna.
La cultura de occidente marca las cuatro etapas más importantes de la vida: La niñez, la juventud, la adultez y la senectud.
De cada fin cumplido nace un nuevo deseo. Los valores se suceden con el devenir.
A los veinte se viaja más con el cuerpo que con la mente. Después de los ochenta ocurre lo contrario. Cuando mover el físico sobre nuevos escenarios geográficos supone un esfuerzo, imaginariamente podemos suplantarlo La mente puede trasladarnos a cualquier parte del planeta si aprendemos a soñar despiertos. Los recuerdos con el tiempo se mezclan con nuestro imaginario. Al igual que el ave fénix, a esa edad ya hemos caído y resurgido miles de veces.
La alegría de vivir no languidece si no dejamos que los años hagan mella. Los hijos, el abuelísmo y la algarabía de la juventud son el suero y la bendición de una familia. Tres edades le son dadas al hombre: La biológica, la cronológica y la psicológica. Las dos primeras no siempre coinciden. Empíricamente se puede conocer mucho, pero saber poco.
Llegar enteros, lúcidos, sin deterioro mental, apatía psicosomática ni sedentarismo,  es alcanzar el Nirvana en la tierra. Al episodio puntual de cortar la distancia entre el más allá y lo humano: que la guadaña o la parca se retrase lo más posible. Yo brindo por mi impuntualidad a las citas.
¡Si estamos en nuestro sano juicio. A regañadientes partiremos a la deriva, sin mapa ni timonel!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario