Nadie
se muere un día antes ni un día después de lo asignado.
A
Stephen Hawking, en los años sesenta le dieron dos años de vida. Pero más de
medio siglo después seguía trabajando. Murió
el 14 de marzo del 2018, a
los 76 años.
Siempre
recuerdo la indignación de mi amigo ya octogenario, cuando me pidió que lo
acompañara a INCUCAI, porque había decidido donar lo que fuera útil de su
cuerpo cuando Dios le designara partir.
- Qué
edad tiene la pregunta el empleado,
- Ni
yo mismo lo recuerdo. Soy alemán sobreviví una guerra. y como verá ya no me
cocino en el primer hervor.
- Sólo
una persona entre cuatro mil, puede ser donante. Usted ya no puede donar más
que su buen deseo. Se le pasó la edad útil.
Con
las nuevas terapias, los alargues de vida aumentan y las donaciones útiles
disminuyen. Creo que las campañas que incentivan sobre el tema, son menos, que
los miedos nacidos de la donación y la aceleración de la muerte.
Después
de la comprobación de muerte cerebral, las células sanas sobreviven por unas
cortas horas. Simplemente, es eso lo que solidariamente donamos.
Busquémosle
a la muerte su lado útil donando lo que no podemos llevarnos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario