La
inteligencia artificial a través de la sapiencia maquinera es un avance de ciencia ficción para el hombre.
La
inteligencia humana tiene una capacidad muy compleja. La máquina contiene más
información de lo que nuestra mente puede consumir, crece día a día acompañando
la tecnología del primer mundo, su procesamiento es sumamente preciso y veloz.
Buenísimo para el descanso de nuestro atribulado cerebro.
La
comodidad de tener todo a mano con tan sólo pulsar un botón desde los mullidos
sillones, tiene un valor extraordinario.
Pero,
las máquinas adolecen de algo importante. La capacidad de sentir, no tienen
creencias ni motivaciones. Es una herramienta utilísima cargada por el hombre
para consumo del hombre. No le atribuyamos más mérito del que realmente tienen,
que es el de oficiar de robots.
Su
uso no puede opacar la individualidad del hombre.
Que
nuestra mecanización no anule el maravilloso y mágico asombro de un despertar
soleado sintiéndonos parte de esa la naturaleza.
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