Convertir el conocimiento
ajeno en algo propio
Las ideas tienen dueño
según y como se las mire. Vivimos en una cultura en que la copia pasa a ser una
renovada utopía del conocimiento humano. En el arte se ve sin limitaciones.
Se acusa de plagio
intencional a la ignorancia u olvido de citar nombres o fuentes. El plagio es
tan fácil que ni siquiera quién lo comete es consciente del hecho, porque las
ideas se aprenden sin memorizar de donde arriban; lentamente se van mimetizando
como resultado del aprendizaje ajeno.
La creatividad casi siempre
está ocupada por un sinnúmero de imágenes, que obraron como estímulo
inconsciente en la mitad de las cosas que buscamos plasmar. La absorción de
materias ajenas si tienen empatía con nosotros, se incorpora y mezclan hasta
hacerse propias.
Una vez exteriorizada una
idea deja de ser nuestra para convertirse en patrimonio de todos. Muchas veces
ni los reconocidos grandes genios escapan a esta distorsión.
Las citas de nombres o
fuentes son los únicos faros que iluminan la palabra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario