jueves, 7 de junio de 2018

La guerra, el llamado virtuosismo de la locura


El mayor crimen de la humanidad

El mal de herencia que se transmite de siglo en siglo.
Crímenes que no se justifican ante el mandato de un solo dirigente que casi siempre permanece impune. “La guerra es  una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que si se conocen pero que no se masacran”.  Paul Valery.

Todos somos perdedores cuando se pone en juego una guerra. Lo único que queda en pie es el espectáculo.  Cadáveres, devastación, hambre, atraso y cenizas.
¿Se ha olvidado el mundo de esos acontecimientos, de aquellos seres ávidos de poder y dominio para gobernar hacia tan cruel catástrofe?

Desde que un explosivo Big Bang dio nacimiento al planeta que habitamos hasta nuestros días, arrastramos los métodos violentos.
Ante el desencadenamiento de repetitivas guerras mundiales con total carencia de conciencia. El absurdo odio de religiones y castas. La falta de humanidad. La paranoia del extremismo y el exterminio de millones de seres inocentes, procesos inconcebibles en una mente normal.

 Los horrores de la primera y segunda guerra mundial, los asesinatos masivos de Stalin, Lenin, Adolf Hitler y sus secuaces. Genocidios horrendos de los campos de concentración nazis y demás atropellos.
¡Que mala memoria guardamos de toda esta locura!


Como excepción: Felicitaciones a la Constitución Boliviana  que rechaza la guerra como medio para dirimir conflictos (La nueva constitución del año 2009 bajo el gobierno de Evo Morales).

Aún hoy no tenemos la suficiente objetividad para valorar una experiencia sensata de igualdad de derechos, ayuda económica, unión, tolerancia y hermandad de todas las razas.
Porque mientras no aprendamos a respetar la libertad de las naciones, no avanzaremos hacia la paz y prosperidad del mundo que nos toca vivir.

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