viernes, 15 de junio de 2018

En nuestro cerebro no hay ningún componente mágico más que proteínas, moléculas de ADN y neuronas


Lo que no quita la desigualdad de inteligencias. Hay mentes superiores y cerebros obtusos. Aunque el talento sea nato e inmaterial y las propiedades del cerebro sean individuales, mucho influye el medio social y la educación. La misma predisposición rige para los distintos órganos del cuerpo humano. Mientras unos tienen ingenio para las matemáticas, otros se desempeñan mejor para otras ciencias. Los espiritualistas se basan en la creencia del alma inmortal pero es la materia la que hace las diferencias y crea la desigualdad inmaterial.

La manifestación de las distintas diferencias se ejemplarizan en la inteligencia refleja, cuando la capacidad ejercitada carece de la misma atención de acuerdo a las necesidades sociales o circunstanciales.
 Si a un niño se le habla en diferentes lenguas aprende sin mayor esfuerzo los distintos idiomas. El hombre es una inteligencia al servicio de una organización social viviente, dijo el ensayista del siglo XVIII Saint-Lambert.

La voluntad es el poder ejercido en libertad. La repetición de los hechos aburre y obstaculiza la visión de lo que se quiere ver. Nos formamos y aprendemos con la vida. Tenemos en el cerebro una fuente inagotable de ideas, utilizarlas es lo que alimenta el móvil de inteligencia, el resto es cuestión de matices.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario