El
libro de los muertos del Antiguo Egipto testimonió que el estudio de la
consciencia es uno de los grandes enigmas que desde hace siglos se investiga.
Si
bien algo se ha avanzado sobre el proceso de la actividad receptiva de las
células nerviosas, el dolor, la alegría, el deseo o la negación a la sensibilidad
mental. La mayoría de los problemas que hoy nos azotan como la corrupción y otras
yerbas cercanas dividen las vivencias estresantes, ¿por qué algunos responden
como pusilánimes y otros como altaneros?
A través de las vías nerviosas nuestro cerebro
cataliza los indicios de una situación compleja no contestando a todos con las
mismas respuestas concretas. Los neuro
transmisores no actúan con igual eficacia en todos los cerebros. Nada escapa a
la entropía en un mundo cuya materia más dura es el tiempo. Ya nadie escala los
peldaños del Partenón ateniense para ofrecer sacrificios a Atenea. Sé perdió el
sentimiento patriótico, y también el carisma de la sonrisa de un ángel gótico.
El
carácter de conducta mucho depende del sistema de transmisión. La educación influye
en la actividad cerebral. La sinapsis origina información a las células. No
somos más buenos o más malos. Somos diferentes. La vida es diferente y el
humano responde como tal.
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