viernes, 21 de septiembre de 2018

Medidas de nuestro gobierno

Un recorte para achicar la estructura del Estado

Hubiéramos empezado por ahí como aperitivo, antes de recurrir al exterior.
Todos sabemos que donde se necesita un empleado, saltan siete.

La exorbitante cantidad de desocupados que hay en el Congreso y la cifra de “asesores” que dispone cada legislador es apabullante. Muchos ni asisten a las sesiones. La abulia y el conformismo los llevan a cerrar los párpados y dormir una siestita al arrullo de una disertación. Pero aparte está el delito mayor de los sueldos que cobran los funcionarios, ni hablar de las ganancias de los grandes empresarios que llevan sus millones afuera. De acuerdo con los cuadernos de Centeno, sólo en coimas se fueron la bonita cifra de doscientos millones. La corrupción es el pecado original del siglo. Los nombres propios pasan, pero la metodología queda. A menudo los que roban a manos llenas, son celebrados como héroes, pactando las coimas que vienen desde arriba.  Gastar más de lo que entra es la política que siempre hemos usado, y así nos ha ido. ¡La “Mani Pulite” de Nápoles, o el “Lava Jato” brasileño es una palurdez!

El “honor” japonés, el harakiri, es horripilante. Aquí viviríamos todos despanzurrados. Tampoco hacer como Demócrito, el filósofo griego que se arrancó los ojos para no ver la realidad del mundo.
Estamos conectados a la vida por una energía invisible, mágica. Ahora vivimos en la danza de los millones. Necesitamos mil millones, para salir del atolladero, por ahora conseguimos endeudarnos con, 18.800 millones de dólares ¡Cómo lo pagaremos…! pregúntenle a magoya o como dicen los españoles “El que venga atrás que arree”.

Mejor ignorar y seguir tirando. Lexotanil o Clonazepam, mientras la casa está en silencio y aparentemente el mundo en calma. Los antiguos griegos tenían razón cuando decían que la noche era hija del Caos, ese origen sirve de inspiración a poetas, lectores y artistas. En el somnoliento silencio nocturno, los sonidos de baja frecuencia se incrementan, las ideas se agudizan y se vuelven más fáciles de identificar. ¡Y también florece el tormento de insomnes dando vueltas alrededor de la almohada, porque igualmente se piensa con el cuerpo, no en vano somos una unidad!

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