Guerra,
hambre y codicia de los pueblos mas ricos
La
vida sin cotización
Todos
hemos sido testigos de los náufragos que las aguas devuelven en su vaivén de
retorno arrastrando junto con su espuma parte de la humanidad
Cuando
la vida deja de tener el valor que merece, la gente escapa dispuesta a todo.
Irak, Siria, El Líbano, Egipto, África. ¡¡Es terrorífico huir!! Tener que dejar
cuanto poseemos ante el enfrentamiento de la guerra y el hambre.
Vladimir
Putin acaba de proponer a los europeos que paguen la reconstrucción de Siria a
fin de que los refugiados que han huido del país puedan regresar. Los países
del Este se oponen a cualquier acogida. Alemenia, hoy de extrema derecha, asume
actitudes hostiles a los refugiados. Italia se acopla al proceder alemán. Sin embargo,
ni Rusia, ni Irán, van a imponer nada. Un vacío en medio de un sinfín de opiniones.
Mientras el mar sigue recorriendo su trayectoria y las barcazas navegan repletas
de seres en busca de asilo.
El
mar, ese endiablado Mediterráneo, donde transcurrió mi niñez. La Costa Brava,
testigo de guerras. Ayer fue la Cataluña franquista, hoy otros estatus, otros
Athos. ¡¡La historia se repite!!
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