viernes, 28 de diciembre de 2018

Por los caminos hacia la audición

Cómo comprender que las ondas sonoras son captadas por nuestro cerebro.


En lo más profundo de nuestro oído interno anida en forma de espiral como caracol de tan solo 32 milímetros de largo, de donde parte la magia de la audición. Mecanismos de la cóclea que distinguen los diferentes sonidos graves y agudos. La cóclea, es el órgano receptivo del sonido.

La electricidad es el quid de todo el sistema nervioso. Tenemos fotones, de la visión. Tenemos presión por el tacto. Tenemos moléculas por el gusto y el olor. Y finalmente percibimos vibraciones en el aire que son la esencia del sonido.
Poseemos muchos tipos de sordera. Infecciones como la rubeola, la toxoplasmosis o sonidos demasiados ruidosos o la inexorable vejez.

¿Podrá la genética hacernos oír correctamente? Pese a los avances sobre los mecanismos moleculares y fisiológicos de nuestro sistema auditivo, hay pérdidas de audición que no se regenera. Christine Petit, médica genética del Instituto Pasteur en Francia, interesada en la base genética de las formas hereditarias de sordera, certifica que hasta ahora las células no se renuevan, por eso la pérdida auditiva causada por la vejez es campo fértil para la genética. Dado que el oído es tan perfecto que tiene espacios injertados donde los líquidos están físicamente separados de cualquier otro líquido corporal. Mientras tanto, investigadores apoyados desde sus instituciones seguirán trabajando tras del Premio Kavli, 2018.


Aprender a escuchar lo que se habla, no solo oír, sociabiliza y fomenta empatía.

No se puede prestar atención mientras se atienden otras cosas aun en el cerebro femenino que tiene más capacidad de extensión, el arte de saber escuchar como el arte de saber hablar es el principio del diálogo.

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