viernes, 28 de diciembre de 2018

EL AUTISMO O SINDROME DE ASPERGER, la enfermedad cerebral más recurrente. (TEA)


Los talentos, el contacto afectivo y la depresión.

He leído bastante sobre estos síntomas neumológicos que empiezan desde la primera infancia. Dificultad para relacionarse con el mundo exterior, expresiones repetitivas, conductas obsesivas, conversaciones solitarias, cambios de hábitos de dormir. El desinterés extremo por todo cuanto acontece en la vida forman un verdadero cóctel químico de alteración biológica, que interfieren en la serotonina y dopamina, transmisores que actúan en el sistema nervioso central desequilibrando la armonía.

Medicamentos antidepresivos para tratar de mejorar la depresión recurrente hay a rolete. Los opioides son los más frecuentes para aliviar el dolor obsesivo cuando muerde fuerte y la idea del suicidio se interpone como escape.

No existe una respuesta contundente sobre las causas del autismo, aunque a lo largo de los años se desarrollaron varias teorías que después resultaron mitos. Como las vacunas anti sarampionosas, el rechazo de la madre al hijo durante el embarazo, etc. Como tampoco es cierto que todos los niños con (TEA) son superdotados.

El síndrome del sabio, o facultades paranormales designadas a estos niños caracterizados por los tres déficits básicos, el verbal, el afectivo y el comunicativo. Es cierto que algunas personas con TEA poseen actitudes atípicas que los normales difícilmente podríamos desarrollar; habilidades matemáticas y otros talentos extraordinarios

Existen diversas hipótesis al respecto, a saber: que cuando el cerebro carece de algunas funciones normales, se desarrollan otras que provienen del cerebro humano y no de un plano sobrenatural esotérico.

Para tratar la depresión hay que estar dispuesto a aceptar ayuda psicológica. Los gestos de afecto y comprensión liberan antitoxinas, bajan los niveles de cortisol (la hormona vinculada al estrés que aumenta los niveles de dopamina) y pueden alterar nuestra respuesta hormonal. La terapia psicótica y los antidepresivos van de la misma mano.

El gen hereditario de la depresión existe, y se está estudiando a fondo. Personas como Lugones y algún que otro descendiente lo sufren. No los mismos tratamientos dan igual respuesta en distintas personas. Es muy compleja la reacción de cerebros.

El tratamiento antidepresivo ideal neurológico, el síndrome de TEA y tantos otros pertenecientes al milagroso cerebro, todavía se desconocen.  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario