viernes, 7 de diciembre de 2018

Cuando en lugar de sesera se tiene una pelota


Argentina reino de la cultura futbolera.

El fútbol. Un imán para el desorden. El verbo de decadencia digna no de psicólogos sino de psiquiatras que estudian la conducta frecuente de estos individuos abocados a la revancha y a producir el aceleramiento de agresión en barras bravas e hinchas enfermos de no hacer nada útil para la sociedad, más que fomentar la violencia hasta convertirla en drama con agresiones e insultos aceptados por nuestro desgobierno donde corre el alcohol y la droga. Ese espacio mafioso ovacionado por el poder que hostiga en lugar de prohibir la exacerbación de esa gente enferma. Asunto secundario para el negocio que mantiene el fútbol. El gran duelo ahora será en Madrid. Lo decidió la Conmebol. Que sociedad decadente que se considera incapaz de poner orden en el propio país y debe recurrir a otro convirtiéndolo en el clásico más vergonzoso del mundo. Madrid. Te paso el sucio. Arréglatelas tú con los violentos. Nosotros somos unos incapaces. Nos sobra el dinero. Por eso nos permitimos el lujo de gastarlo en pelotudeces. Qué podemos esperar de un país donde la cultura universitaria para algunos está demás.





Y ya que estamos tratando de críticas. Qué me pareció la gala de nuestro orgullo cultural artístico: El Teatro Colón.
Un poco abarrotada, quisimos mostrar mucho y fallamos por el eje. Resultado. Demasiado histrionismo para una sola velada.

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