Los talentos, el contacto afectivo
y la depresión.
He leído bastante sobre estos
síntomas neumológicos que empiezan desde la primera infancia. Dificultad para
relacionarse con el mundo exterior, expresiones repetitivas, conductas obsesivas,
conversaciones solitarias, cambios de hábitos de dormir. El desinterés extremo
por todo cuanto acontece en la vida forman un verdadero cóctel químico de
alteración biológica, que interfieren en la serotonina y dopamina, transmisores
que actúan en el sistema nervioso central desequilibrando la armonía.
Medicamentos antidepresivos
para tratar de mejorar la depresión recurrente hay a rolete. Los opioides son
los más frecuentes para aliviar el dolor obsesivo cuando muerde fuerte y la
idea del suicidio se interpone como escape.
No existe una respuesta contundente
sobre las causas del autismo, aunque a lo largo de los años se desarrollaron
varias teorías que después resultaron mitos. Como las vacunas anti
sarampionosas, el rechazo de la madre al hijo durante el embarazo, etc. Como
tampoco es cierto que todos los niños con (TEA) son superdotados.
El síndrome del sabio, o
facultades paranormales designadas a estos niños caracterizados por los tres déficits
básicos, el verbal, el afectivo y el comunicativo. Es cierto que algunas
personas con TEA poseen actitudes atípicas que los normales difícilmente podríamos
desarrollar; habilidades matemáticas y otros talentos extraordinarios
Existen diversas hipótesis al
respecto, a saber: que cuando el cerebro carece de algunas funciones normales,
se desarrollan otras que provienen del cerebro humano y no de un plano
sobrenatural esotérico.
Para tratar la depresión hay
que estar dispuesto a aceptar ayuda psicológica. Los gestos de afecto y
comprensión liberan antitoxinas, bajan los niveles de cortisol (la hormona vinculada
al estrés que aumenta los niveles de dopamina) y pueden alterar nuestra
respuesta hormonal. La terapia psicótica y los antidepresivos van de la misma
mano.
El gen hereditario de la
depresión existe, y se está estudiando a fondo. Personas como Lugones y algún
que otro descendiente lo sufren. No los mismos tratamientos dan igual respuesta
en distintas personas. Es muy compleja la reacción de cerebros.
El tratamiento antidepresivo
ideal neurológico, el síndrome de TEA y tantos otros pertenecientes al
milagroso cerebro, todavía se desconocen.