Los
humanos gesticulamos como engranaje y expresión de la lengua.
Italia
y Andalucía, dos regiones que hablan y seducen a través del manejo de sus
manos. Nápoles es terriblemente amanerada, a distancia se puede adivinar de qué
hablan.
Desde
los primates gesticuladores hasta la actualidad, seguimos expresándonos con el movimiento corporal (versus
ballet), sumisión, ira o amor quedan profundamente al descubierto.
Las
neuronas espejo se disparan con facilidad también en el entendimiento animal.
Los homínidos vocalizaban. No es tan errónea la idea de que el lenguaje haya
ido surgiendo de nuestros antepasados más cercanos.
La
sociabilidad es tan característica en nuestra especie como el lenguaje.
Gracias
a nuestra habilidad de aprendizaje, no seguimos gruñendo para comunicarnos.
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