viernes, 1 de marzo de 2019

A propósito de una notificación amiga.


Ante los avances tecnológicos de la medicina ya perdimos los límites.

Frente al cataclismo final olvidamos la frontera de lo que podemos hacer y lo que debemos hacer.
Demorar la muerte prolongando la agonía tirado en una cama hospitalaria es un conocimiento, una herramienta más, no un fin médico.
Cuando la parca pasa factura hay que aceptarla como accedemos a la felicidad del instante. Todo es cuestión de ir tomando conciencia.
Vivimos aferrados a la vida como sanguijuelas pendientes de los avances diarios sin preguntarnos si eso es vivir o pernoctar. Todo tiene un principio y un final. Mientras el cerebro rija estamos a tiempo de elegir qué hacer con nuestro descanso final.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario