La no agresión como educación
incriminatoria, problema no sólo privativo de nuestro país. En estos tiempos
que la sociedad atraviesa, limitar la adolescencia a una edad no es tarea fácil
ya que el desarrollo de la mente es muy particular. La pobreza de bolsillo como
la espiritual influye poderosamente en el cerebro.
El individuo que se deja usar
a los 15, también va a seguir siendo un inmaduro usable a los 30. Los derechos propios
interfieren temprano y afectan la educación de familia. El árbol que no se
enderezó de chico difícilmente cambie de posición, educación sexual incluida.
El estatus de vida influye,
pero no la imposición –Ser lo que eres y no lo que vieres-.
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