sábado, 21 de abril de 2018

El poder de la palabra


La estupidez y petulancia revestida en poder político.

Escoger la palabra justa en el momento preciso tiene un valor inconmensurable. La palabra tiene poder terapéutico, su carácter crucial puede perforar la autoestima e integridad del oyente.
No hay palabra inocua. Cuando su energía se filtra en la piel, puede herir como el rayo, O dulcificar como la miel.
La palabra punzante bien empleada es un mandato que puede adquirir la fuerza de todo un ejército.
La violencia de la palabra
  
 Por fuerza de la palabra: Trotsky, aún  desterrado se volvió un peligro para Stalin. El vigor de su bolígrafo y de su charla, en mano de Mercader le costó la vida.


Cuando el hombre obnubila la mente y enajena los límites.  Se vuelve impotente contra si mismo .Una cosa es oír la verdad como se proclama, y otra como verdaderamente es.

Todo lo que no huele a cordura es sinónimo de acortamiento. La violencia siempre engendra más violencia y obstaculiza el dialogo.

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